Os cuento antes no habia relojes como ahora que hay tanto, pues nosotros por el sol nos guiabamos cuando el sol estaba en el mismo sitio se decia esa ora es o la otra, mas o menos, pues cuando vinieron los plimeros despertadores, compramos uno y estabamos mas contentos de pensar que nos despertaba.
Eramos felices con solo un reloj . Lo teniamos en el vasal de la chimenea de la casa y a todas horas lo mirábamos o venian las vecinas a preguntar: “¿que hora es?” .
Yo me sentia mas importante con mi reloj, bien pues como he dicho el reloj habia que darle cuerda cada equis tiempo pues el hacia el trabajo bien.
Despues hacia un ruido, tic, tac, que como no tuvieras sueño no dormias en toda la noche. Pues no se podia de parar hasta que se terminaba la cuerda, era trabajador con gana.
Sabeis que hice una noche, lo metimos en una olla lo pusimos tan tapado que no se oia nada. Nos dormimos y nos olvidemos de el reloj, pues cuando llego la hora a la que estaba puesto en hora, empezo a dar saltos en la olla, pues no imaginais el susto que llevemos, parecia un caballo dando coces .
Pues el reloj valia 50 duros y habia que pagarlo a plazos, pues dice mi madre: "no vamos a poderlo pagar", pues el pobre de mi padre dijo:" nada eso el reloj no se va de casa, por que nos levanta para ir a regar". Habia que ir cuando te tocaba el agua para regar, pues sabeis que hizo mi pobre padre, que en gloria este, dijo: "tomar mi pañuelo, que tenia unos cuantos duros, para pagar el reloj y ya es nuestro.”
Hay que ver con que pocas cosas nos apañábamos. Eramos felices en Lapeza
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