Yo estube en un pueblo de Almeria que se llama Tavernas, pues yo con mis niños y mi hermano pequeño, nos traladaron alli. Se estaba a gusto, solo que no habia agua en las casas, pues habia un señor mayor que se dedicaba a traer cantaros llenos de agua para vender, pues a mi me llamaba la atencion, el cantaro tan grande. Era tan grande que tenia que traerlos en un carrito, con dos cantaros nuestros, no podiamos vaciar uno de ellos.
El agua estaba lejos, pero la dueña de la casa donde yo vivia, tenia un cortijito junto al pueblo con una balsa, pues yo como en Lapeza, cogia a mis niños y los trapos sucios y a lavar. Pero estaba de nerviosa, creia que mis niños se me caian a la balsa, que susto. Gracias a Dios, nunca les paso nada, pues os cuento, la casa donde vivia era planta alta y baja, el water estaba en la alta y como el entresuelo era de cañas pues cuando mi marido subia, con las botas puestas, se movia todo el techo. Yo siempre he sido muy asustona, creia que se iba a derrumbar el techo
Os cuento, un dia esta haciendo la cama, que el colchon era de falfolla de maiz y estaba ya mas que molida y hacia mucho polvo cuando se hacia la cama.
Pues yo digo, esto no lo muevo mas. Sabeis como hacia la cama, con la escoba.
Pues se hacia un humarin que salia por la ventana, tanto polvo salia por la ventana que vino una vecina corriendo y pregunto:” ¿es que se ha metido fuego?”.
Asi que vaya ascos de miserias, eso era en los año 50 y 60. Habia miseria por todos lados, pero eramos felices porque cobrabamos dietas y se comia bien.
Os cuento, una de las veces, que nos trasladaron, desde Purchena de Almeria, pues vine en la caja del camion, sentada en una cama portátil de esa que se cierran. No veas las curvas como se daba la vuelta la cama y todas las cajas dentro del camion. Menos mal que mis niños y mi hermano iban sentados en la cabina del camion. Pues a pesar de todo se estaba contentos.
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