Contaba la aguela que un caballero de Lapeza regresaba cojeando al castillo, todo dolorido y con la armadura aboyada y el escudo partido. Iba caminando torcido delante de su caballo que iba de lado.
Desde la muralla del castillo, al verlo de esa manera, el alcaide de Lapeza le pregunto intrigado:
"¿Que te ha pasado, caballero? ¿de donde vienes asi?"
Y desde abajo el caballero contesto:
"Mi señor, vengo de dar cumplida batalla, a sus enemigos de Poniente ".
¿Que enemigos?, si yo no tengo enemigos en Poniente
Y el caballero de Lapeza respondio:
“Ahora si los tiene, mi señor. Y muy cabreados”.
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