Os cuento que el aguelo materno de mi madre, que se llamaba Goro de Huelago, pues decian que cogia un costal de garbanzos con los dientes y que cogia el burro en brazos para meterlo en el molino.
Ya era basto con ganas, pues unos parientes lejanos me contaron que un dia le robaron una chota, pues se enfado tanto con otro que le tiro un bocado y le arranco una oreja. Era basto con ganas. Era de la raza de los siete curas.
Por eso yo digo que es mejor contar hasta cincuenta cuando uno esta enfadado
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