Paisanos y seguidores

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31 de enero de 2014

Carmen del Granadillo





 El renombrado Carmen del Granadillo, al pie de la Alhambra, en el comienzo de la cuesta de los Chinos , junto al actual Rey Chico.
La imagen recoge en todo su esplendor el fuerte colorido de estos parajes donde , desde antiguo, se alzaban los escasos, celebrados y maravillosos cármenes del Darro. Uno de ellos , a la entrada de camino del Avellano, el de los Chapiteles , propiedad del Gran capitán, que lo ennobleció con sus escudos , había figurado siglos antes las láminas de Civitatis orbis terrarun, mencionándosele como Casa del Moro Rico. Mariano Antequera- que nació por cierto en el Carmen del Granadillo, que reproducimos –, describió sentidamente este bello panorama de cármenes y huertos junto al lecho de río, enfrente el cerro de San Miguel, coronado de murallas y cubierto en su parte baja de pitas chumberas y cuevas . El Carmen del Granadillo, una de las más sugestivas imágenes de la Granada pintoresca, no permaneció ignorado para los artista del período romántico, que lo llevaron a sus grabados .Era una construcción popular del siglo XVIII; transformada en el siglo siguiente, pero conservando las alegres claves estéticas de la primitiva edificación, con su ameno y gracioso jardin de deliciosa glorieta cubierta de rosales en primavera. Cuando las flores de los cármenes despiertan- decía Rusiñol- el aire se emborracha de aromas .Al fondo del soñador paisaje, el puente de la Chirimías y la iglesia de San Pedro. En los años 60 de nuestro siglo, el Carmen del Granadillo lo adquirió el Ayuntamiento, utilizándolo como vestuario del escenario que era situado sobre el Darro para las actuaciones artísticas de la feria del Corpus, pero un incendio hizo aconsejable su demolición Hay expresiones literarias abundantes de la impresión que causaban estos parajes Escritores muy diferentes se entusiasmaron con la arquitectura amable y los risueños vergeles de esto cármenes del Darro, desde donde las puesta de sol tienen un ímpetu rojo y ardiente , de voluptuosidad y de sangre. Entre los deslumbrados por el panorama, hemos elegido al azar al comediógrafo y cronista sudamericano Felipe Sasone que alcanzó a conocerlo y disfrutarlo aún en 1923.El escritor peruano se maravillaría , al pasear por aquí, de que allá altivas, la piedras altivas de la Alhambra , parecieran como recogerse en sí misma al caer la tarde, dando la impresión indefinable de misterio y melancolía El viajero terminaba sus impresiones en la revista, La Esfera, diciendo: En el ambiente eternamente perfumado de los cármenes del Darro se aspira una lejana voluptuosidad musulmana; se adivina y se goza aquella paz de los antiguos granadinos enamorados de la vida por el placer de sentirse vivir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por su gentil visita a mi blog y por llegar a ser el número 100 de mis seguidores ...Sé que tienes muchas personas que siguen tu sitio ...he podido compenetrarme y me ha gustado mucho especialmente lo de "Juanico" y escucharte cantar junto a la fuente .
Te felicito por reportaje de hoy...muy ameno y descriptivo...
No sé como integrarme como seguidora en tu blog ...me gustaría seguir compartiendo tus vivencias.
Afectuoso abrazo desde Chile
Cristina

Anónimo dijo...

La imagen es de las Chirimías

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