A comienzos del presente siglo, el mundo vivía lo que un historiados inglés llamó atinadamente la Era del
optimismo. Fue el tiempo conocido con el nombre de la belle, époque , apenas un
chispazo de tiempo, treinta años mal contados, durante los cuales unas formas
de vida en verdad esprenderosa fueron disfrutadas en exclusiva por los miembros
de un era el conocido con el nombre de Peña Partida, eran privilegiados y
selecto grupo social: las grande familias de la vieja y decadente nobleza
europea , los prósperos financieros , empresarios e industriales que empezaban,
los nuevos millonarios norteamericanos ;unos y otros , elevaron el arte de
vivir a un grado de perfección y suntuosidad tal, que hoy nos parece algo
injusto casi irritante.,
Aquéllos años señalaron la aparición de los primeros grandes hoteles , los
Ritz, los Palace, de lujo y refinamiento singulares , como correspondían a las
exigencias de una sociedad elegante y opulenta que apreciaba el buen tono por
encima de todas las casa, Aquel mundo feliz de unos pocos millones de la I
Guerra Mundial. Pero eso casi nadie lo presumía , cunado, en Granada , el duque
de San Pedro de Galatino, ponía en marcha la construcción de su Hotel Alhambra
Palace, El paraje escogido para el ambicioso proyecto, era el conocido con el nombre de Peña Partida
, en el que el emprendedor Julio Benalúa- como era comúnamente llamado en la
ciudad el conde de este nombre y el duque de San Pedro de Galatino-, tuvo que
adquirir hasta doce propiedades para levantar en sus solares la enorme planta
del gran hotel con que soñaba. Un hotel para viajeros ricos de un mundo que se
entregaba alegremente a disfrutar de los progresos de la civilización material
y de un sentido abiertamente hedonista de la vida ,
La fotografía nos
muestra el hotel Alhambra Palace durante sus obras . El arquitercto Modesto
Cendoya era el autor de la mismas .Antonio Corral López . excelente biógrafo
del duque, anotaba cómo cierta vez, con ocasión de una visita regia a Granada ,
Alfonso XIII- entusiasta siempre de las abundantes iniciativas de Julio Benalúa
. fue con éste a ver la marcha de los trabajos . Don Alfonso llegó en automóvil
a las Vistillas , y allí, en un motor del tranvía de cremallera subieron hasta
el hotel que el duque tiene en construcción, S:M.examinó lo que se estaba
haciendo y subió hasta el último piso. El monarca volvió también a Granada más
adelante honrando con su presencia la inauguración del flamante ,hotel tando
con su presencia la inauguración del flamante hotel, el 1 de enero de 1910. Desde
aquel día , nuestro Palace granadino figuró entre los grandes hoteles
tradicionales de Europa, esos hoteles que todavía conservan la atmósfera de un
tiempo desvanecido.
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