Casí ciento cincuenta años nos de esta separan de esta curiosa y notable
fotografía fechada en 1853. Nos brindan el pintoresco y abigarrado aspecto que
ofrecía entonces la parte posterior del Palacio de los Leones en la Alhambra ,
por la zona de la Rueda, nombre musulmán del antiguo panteón real nazarí que
debió esta cerca de aquí, y desapareció al entregar Granada Boabdil en 1492. El
desventurado monarca partió con los cadáveres de sus antecesores que llevó a
Mondújar, en el Valle de Lecrín, depositándolos, en un cementerio secreto
mientras él proseguía y se instalaba en Andarax, la actual villa de Laujar.
En la fotografía , al fondo a la izquierda, el Palacio de Carlos V; a la
derecha ,la Torre de Comares sede del trono de los Reyes granadinos En primer
término, unas viviendas hoy desaparecidas y la torreta con tejado que cubre el
Salón de los Abencerrajes .Junto a ella el Patio del Harén de este Palacio de
los Leones , residencia de carácter más privado de los reyes , levantada por
orden de Muhammad V. Por aquí debió estar el acceso principal hacia la calle
Real de la Alhambra , eje urbano de la zona más habitada de esta ciudadela real
o palaciega . En ella debieron residir los altos funcionarios y servidores
principales de la corte de Granada .
Por los años viejos valiosos Cliché, empezaban a funcionar en nuestro país
el organismo que asumiría , entre otros cometidos , la custodia y defensa del
patrimonio monumental de la nación: la Dirección de Bellas Artes, dependiente
del Ministerio de Fomento. Pero la institución que se creaba no pasaba en
verdad de su enunciado, porque el Estado apenas si mostró una mayor inquietud
por las cuestiones artítiscas , a pesar de que incluso aprobara leyes
protectoras de Monumento.
La verdad es que , con estas medida que eran a todas luces insuficientes ,
la rica piezas de nuestro considerable tesoro histórico artístico continuaron
degradándose a ojos vista falta de la debida atención y de los medios para
frenar los deterioros del tiempo. La Alhambra no se salvó de la indiferencia de
los gobiernos, hasta cicateros muchas veces a la hora de presupuestar lo
necesario para su mantenimiento Hubo frecuentes y largos períodos en que apenas
se libraron insignificantes cantidades para realizar los mínimos trabajos que
requerían el regio recinto. En 1890 un incendio había afectado gravemente la
Sala de la Barca, pero diecisiete años después las obras de restauración de la
misma no habían terminado. La ruina se extendía imparable por el fabuloso
palacio. La techumbre del Salón de Comares , de asombrosa arquitectura, estaba
apuntalada como la de una casa de vencindad. El Patio del Harem , la galería
del Machuca, parte de la fachada de la puerta de la Justicia y la Torre de las
Damas , con otros lugares y dependencias , denotaban en su grietas El peligro
llegó a provocar un estado la inquietud
general e incluso se hicieron duras acusaciones en Las Cortes denunciando tan
afrentosa incuria....
Era indudablemente bello
y pintoresco este rincón de nuestra Alhambra fotografía en 1853. Su estampa ,
llena de gracia y colorido, nos ha brindado la posibilidad de evocar estas
adversidades, todavía recientes, en la historia de siglos de nuestro simpar
monumento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario