En la
abundantísima serie de postales granadinas que surgió desde los primeros
momentos del auge de estas modalidad de fotografía turísticas, la Alhambra y el
generalife,como es natural, se reprodujeron de manera constante . Eran as
imágenes reveladoras que empezaban a atraer millares de visitantes , en
peregrinación de arte y de belleza, a las búsqueda , los dos más admirables de
una hermosura que no logran marchitar los siglos .Aquellas hoy rancias tarjetas
, pronto propagaron por doquier, en conjunto y en detalles , los dos más
admirables monumentos de Granada – sus patios y sus torreones , sus jardines
soñadores y sus fuentes de rara sonoridad, sus estancias afiligranadas y sus
arrogantes adarves-, que ya atraían viajeros de medio mundo ávidos de disfrutar
la plenitud de recuerdos gloriosos de la colina sagrada.
Al azar, entre la rica colección existente
, henos recogido estas dos postales del Generalife, impresas en los talleres
del Sucesor de Casso, librerías , papelería e imprenta muy popular en la
ciudad, que a buen seguro recuerdan muchos lectores, Las targetas están hechas
en años decisivos para el Generalife, cuando por fin, pasaba a ser propiedad
del Estado tras cuatro siglos de pertenencia particular. La antigua y bella
finca de recreo de los reyes musulmanes granadinos, cuyos orígenes se creen del
siglo XIII, había sido incorporada al patrimonio real una vez conquistada la
ciudad porlos cristianos .
Jerómino Munzer, el alemán que visitó
Granada en 1494, vio cómo se empleaban operarios moros en obras de restauración
del regio recinto. Al cabo de poco tiempo, ya encontramos el Generalife
vinculado a la noble familia de los Granadas . A través de ella-, y por
diversos en toques , entre otros con el ducado de Pastrana-,llegará a los Marqueses
de Campotéjas , convertida la tenencia inicial en propiedad generalmente
admitida, pero sin verdadero fundamento, Los marqueses , dueños del histórico
lugar, tenían instalada una campana en la puerta , a la que llamaban quienes
querían visitar el generalife. El Estado , dispuesto a resolver la anómala
situación, puso pleito a los Campotéjar y tras años de porfiado litigio
judicial, en 1921, el legendario vergel pasaba al patrimonio nacional. Cuatro
años más tarde, el Generalife quedaba incorporado a la Alhambra .En atención a
este final feliz del largo contencioso, se concedería a los Campotéjar el
marquesado del Generalife, con Grandeza de España desde 1926.Doña Matilde
Giustiniani y Giustinianni, testamentaria de su marido, don Giacomo Filippo
Durazzo Palavicino, fue la primera marquesa del Generalife. En un viejo texto
de Bacon se puede leer: Se percibirá siempre que los hombre. allí donde la
civilización se desenvuelve hacia la elegancia y la finura, logran primero la
arquitectura monumental antes de alcanzar la belleza del jardín, como si el
arte de los jardines revelasen más difícil perfección, Los árabes granadinos
puede decirse que invirieron el orden.
Gallego Burín ya señala que el Generalife
es el antecedente inmediato del gran arte que luego habría de tener cumplido
desarrollo en el alcázar de la Alhambra .Sea como fuere, resulta innegable que
los creadores remotos de este paraíso demostraron conocer a fondo la difícil
ciencia jardinera, con sus complicada matemática vegetal, sus trigonometría de abriles
luminosos y sus álgebra de mayor sensuales .Solo prodigiosos alarifes de
ladrillos aguas y flores , pudieron ser capaces de tanta fantasías.
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