No es
necesario, creemos, alabar nuestra Catedral , que algunos consideraron casi más
hecha para el asombro que para la devoción .
Pero aquí
vamos a dedicar unas líneas a uno de sus más preciados tesoros artísticos los
siete cuadros de la vida de la Virgen( Concepción, Natividad, Presentación,
Encarnación, Visitación, Purificación y Asucción), que el genial Alonso Cano,
polifacético maestro del arte barroco, pintón entre 1652 y 1664 para la capilla
mayor .
El autor
de esta verdadera apoteósis mariana – en feliz deificación de Mariano
Anteguera- fue hombre de su tiempo .
Vicente
Maestres Abad lo retrataba así : Violento, rencoroso y de genio agrio, tan
diestro en el manejo de las almas como era en el de la gubia y los pinceles ,
posibles autor del asesinato de su esposa , la figura de Alonso Cano encarna un
tipo humano característico de aquella época extremada que fue el barroco. Era
la época en que se iniciaba el progresivo, trágico declive español.
Adolecía
el pais más del mal interno de torpes gobernantes que de la falta de fortuna en
las empresas exteriores . En aquel tiempo , en que aún era imperioso el ademán
conquistador de nuestro Tercios en Europa y nuestros descubridores en las
Indias , nuestros pintores y escurtores más admirados –El Greco ,Murillo, Cano,
Zubarán, o Martinez Montañés-, enriqueciendo la insuperable iconografía
religiosa del momento dividían sus predilecciones temáticas entre la Vida y la
Muerte del Señor y el capítulo de los misterios marianos .Aquí en estos siete
notabilísimos cuadros del segundo cuerpo de la Capilla Mayor de la Catedral
granadina .Alonso Cano aunó bellez y elegancia para glorificar con este
exquisito a la Madre de Dios .
En sus excelentes estudios sombre la obra de Alonso Cano , el profesor
Emilio Orosco, califica estos siete grandes cuadros como un conjunto único en
la historia de la pintura española .H.W.Wethhey afirma por su parte, que no hay
otro grupo de lienzos de este tiempo tan bien integrado, a pesar de pintarse en
un período de diez años .Período ciertamente activísimo del maestro que había
elegido el primer suelo de la torre para trabajar , disposición ésta muy bien
recibida por el Cabildo, que en seguida dispuso se acondicionaran el
estratégico estudio para que el artista se sintiera cómodo. Hasta el mismísimo
Rey Felipe IV había intervenido decisivamente para que el gran pintor , escultor
y arquitecto- las tres Artes plásticas estaban entonces en muy estrecha
relación-, se viera favorecido con una Prebenda de Relación en nuestra Catedral.
Era una fórmula de ayudar al artista en dificil situación y de enriquecer la
flamante Santa Iglesia Mayor, que de lo que más necesita- alegaba el Monarca en
su cédula – es de acabar su fábrica y de adornar de pintura y escultura la
Capilla Mayor, que es la más insigne que hay en estos reinos. El apoyo real,
efectivamente , dotó a la Catedral de su riquísimo patrimonio canesco. Una de
sus joyas ésta serie de cuadros de la Vida de la Virgen en la que el arte del
genial granadino alcanza un significado total y humano
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