Paisanos y seguidores

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18 de enero de 2014

El cerro de santa elena



En una de las publicaciones del carro de San Pedro, la amena colección de monografia albayzineras que impulsa animosamente Francisco Izquierdo , se reproduce esta bella vista , curioso perfil de Granada –, incluido por Allanin Maneson Mallet, en 1675 , en su Description de  Univers-, copia de una preciosa lámina de Hoefnagle para el libro de Braun Civitates orbis terrarun, de 1576.
Gracias a esta obra se conserva en nuestros días un inestimable y sugestivo testimonio gráfico de la más importantes poblaciones del mundo en aquel entonces entre ellas las principales de la España regida por la catolicca y real majetad del Rei Don Philippe Segundo nuestro Señor ,Su autor, el cosmógrafo Jorge Braun ( Georgius Braunus o Bruinos ) fue Arcediano de Detmunda y Deán de colonias , ciudad donde tenía sus tallers Beltrán Bochholtz, que imprimió su obra ,Jorge Hoefnagle ( Georgius Houfnaglius) nació Tendilla , estas atroces palabras ; De acá no hay que dezir sino que andamos los vivos entre los muertos . No menores habían sido los estragos causados en el Albaizín por la cruenta rebelión de los morisco, en la Navidad de 1568, Del bellísimo barrio era válida en línias generadles , la descrición hecha anteriomente por en AlAmberes en 1546 y murió en 1600.El dibujó, como atención amorosa , gran número de las valiosas láminas de Civitates orbis terrarum, concretamente las de la región andaluza .
En esta que aquí les ofrecemos , la Granada del siglo XVI parece salinos al encuentro desde su remota lejanía .La ciudad hacía frente en aquella época a recientes aciagas vicisitudes ,Acababa de padecer una epidemia de perte con elevada mortalidad , que había llevado a escribir en sus informes , desalentado, al Capitán General del Reino, don Iñigo López de Mendoza, Conde de el alemán Jerónimo Munzer: tiene las calles tan agotas y entre chas , que las casa en su mayoría se tocan en la parte alta, y por lo general un asno no puede dejar paso a otro asno , como sea en las calles más famosas, que tienen de anchura quizá 4 o5 codos , de manera que un caballo puede dejar paso a otro,En la época de las lámina de Hoefnagle, la estampa del Albayzín era de verdadera desolación.De sus 1.200 casa censadas . escribe Bernard Vincent-, menos de 300 se hallaban ocupadas ; las de más a la espera de su nuevos pobladores cristianos , que se encontraban las puertas abiertas de pas en par.
En aquella Granada , donde ya alguien había contado con asombro que en el espacio de mil y veintesiete pasos nací 36 fuentes , el cerro de Santa Elena aún tenía en su farda a los Alixanres,palacios y casas de recreo bien nombrado en la historia granadina- escribiría Henríquez de Jorquera un siglo despues –, de que oy no se descubren sino los cimientos y algunos estanques de argamasa; que no ay cosa que el tiempo no lo consuma cuando no se cuida de ello.El cerro de Santa Elena era llamado así por una ermita que estaba en él que se agregó al combento de los Santos Mártires .En lo más eminente del cerro del Sol y Alijares , circunvencinos de la Alhambra , la antiquísima ermita , que tenía un aljibe muy nombrdo, quedó como aislado desmpúes de la sublevación de los moriscos En tiempos de Jorquera aún la habitaba un ermitaño, que la susteta en tan grande soledad por ser lo más retirado de Granada .Imaginamos al religioso, sumiedo en sus rezos en el silencio obsoluto de la noche .Una celda de yeso, una cama de hiero, una vela , un Cristo... Fuera las sombras dormidas de los montes nevados , batidas por el frío de la madrugada

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