La posada de
las Imágenes – que podemos ver en esta viejísima y curiosa
fotografía de Torres Molina con el edificio
frontero a la misma ocupado por el primitivo Gran Hotel
Victoria –. fue durante mucho tiempo , en la Puerta Real, antes de la remodelación
urbanística de este lugar , uno de los hospedajes más frecuentados
de la ciudad. Miguel Lafuente Alcántara, en su libro del Viajeros
en Granada , editado 1850, la menciona entre los mejores de la
época. El autor no se andaba con rodeos y decía : Aunque conocemos
las incomodidades y lamentables atraso de nuestras posadas,
no podemos prescindir de recomendarlas a las personas de escasos
medios ; en ella se observa y se ofrece una económica, franca,
aunque no muy elegante hospitalidad. O sea, que nadien
debía llamarse a engaño y pedir lo imposible.
Las posadas
había tenido mala fama en general durante los siglos
anteriores, Cervantes decía que la palabra posada vino
de posar descansar, y por lo tanto es la Casa propia de
cada uno donde habita o mora
Calderón, tratando el
mismo asunto , las defínia como Casas donde por su
dinero se recibe y hospeda la gente .Posada era
algo más que mesón, y éste un poco más que parador ,
aunque pudieran a veces confundirse todos a primera vista, No
había buenas posadas en Granada de este rancio Cliché. Apenas
media docena .Las restantes eran caserones
desprovistos de cualquier asomo de comodidad en sus habitaciones .En
bastantes de esta posadas no se daba comida alguna a lo
huéspedes , el local servía más bien para guarda carros
y caballerías , a las que se daba el pienso correspondiente
,contentándose los dueños con las viadas propias que traían
en sus alforjas cuando no se iban a comer al cualquier bodegón de
las cercanías .En todos los patios de la posadas,
.aprovechando el arco de entrada al mismo, o el medio
punto de la puerta que conducía a las escaleras , había una
imagen ovarias , bien en su hormacina , bien en una tabla
sustentanda por una palomilla clavadas en la pared. Las mujeres rezaban
ante ellas en caso graves, y en todo momento, al pasar por delante , se
santiguaban o persinaban devotamente.
La Posada de las Imágenes , asentada en
el edificio de tan fuerte sabor provinciano que podemos
ver en la Fotografía ,sin duda que fue, hasta su final, digna
heredera de aquellas posadas que cantaron Tirso, Calderón Cervantes
o Bretón de los Herreros . Aquellas posadas donde se
encerraban desde el más bueno al más malo , desde el
más noble al más villano, donde el de arriba ocultaba su prosapia para mejor
cumplir su deseo y donde el de abajo se crecía para dar más
valimiento a su persona, donde el más sabio y el más necio compartían
habitación.
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