Gitanos puede asegurarse que, en
mayor o menor cantidad, hay por todos los países de
Europa . En España difícilmente se encontrará una ciudad que
no albergue una cierta población de la gente del bronce. Más curiosamente , mientras los gitanos de Castilla, León ,Levante o
Cataluña solían ser nómadas en función de las exigencias de
su industria humildes o de ferias donde proceder
al cambalache de sus productos artesanos , en Andalucía , echaron
raíces de estabilidad permanente, Fue así desde un principio. Lo expresó
muy bien Joaquín Romero Murube cuando escribió: Andalucía
hizo perder al gitano el sentido de la fuga, y lo aclimató para
siempre bajo el cielo de Sevilla , en las cuevas de Granada o
junto a la mar de Cádiz.
Como quiera que, sobre todo Merimée ( el autor de Carmen),
había difundido por Europa la estampa de una España de
pandereta, una España de toreros y Gitanos , de
Bandoleros y cigarreras de lustroso pelo y Clavel en la boca, no
puede sorprendernos que Gustavo Doré, el genio del
dibujo, se interesara por el Sacromonte y sus pintorescos
pobladores , cuando llegó a Granada , hacia los años 60 del pasado
siglo, acompañado al barón Charles,Daviller, caballerizo de
Napoleón III, anticuario muy interesado siempre en las
cosas de nuestro país y, como dijo un cronista de la época ,
el Francés más entusiasta admirador de España, El lápiz magistral de
Gustavo Doré-ya famoso entonces como el más
ilustrador de libros –, se deleitó con fisonomía exótica del
paisaje de las cuevas sacromontanas sin olvidar los tipos
humanos que las poblaban , aquellos hombres que había
logrado domeñar el hiero y no había podido evadirse de la
cárcel de luz de la tierra que les había acogido, prendiéndolos
en su sortilegio. Al artista genial que era Doré le
apasionaron aquellas criaturas , en cuyos cuerpos hay
melancolía y cansancio como si los devorarse siempre la
fiebre del amoe y de la música .En Granada , Gustavo Dor´r,
tuvo tiempo de entusiamarse con la belleza de las granadinas , de
deleitarse con el callejeron aún increíblemente pintoresco, de
realizar una inolvidable excursión a Sierra Nevada y
hasta de acercase a la Alpujarra para evocar a los moriscos .Por
supuesto ,rindió tributo a la Alhambra y sus fabulosos encantos
.Junto a todo esto, emociona el tributo del prodigioso creador a
estos gitanos que – en el dibujo que reproducimos –, nos
ofrecen la imagen de solada de sus vidas pobres y
colmadas de amarguras.
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