Los diversos elementos de ornato que a lo largo del
tiempo, se han ido sucediendo en nuestra plaza de Bibarrambla,
no han sido demasiados . Sucesivamente , jardines , estatuas y
fuentes han sido sustituyó en este escenario de buena
parte de la historia de la ciudad .Don Miguel
Lafuente Alcántara , en su Libro del viajeros en Granada
, recordaba que en uno de los extremos de la plaza hubo
una fuente , en cuya copa había un León coronado ,
abrazando el escudo de armas de Granada .La fuente ya la
había descrito Marineo Sículo, que estuvo en nuestra
ciudad poco después de su conquista cristiana .Sículo
la había llamado fuente alta e insigne Derribada
la tal fuente urbanísticas de las operaciones
urbanísticas de mediados del pasado siglo . , la sustituyó un
modestísimo jardincillo con una farola, Mejoraría
el lugar con la estatura de Fray Luis de Granada ,
instalada en 1910, y adquiriría su aspecto actual
con la colocación , en 1940, de la fuente que tanto
embellece desde entonces este indudable centros
neurálgico de nuestra ciudad.
El viejo cliché está realizado , por consiguiente a
fines del pasado siglo o comienzos de actual
.Cuando ya eran meros recuerdos la hermosa Casa de los
Miradores destruida por un incendio en 1879. el
antiguo mercado de hortalizas que tanto ponderara el
viajero romántico barón Davillier, los soportales que
en tiempos , había caracterizado la plaza ; y el bellísimo Arco de
las Orejas , cuya demolición debiera haber sido un verdadero
bochorno para la sociedad que lo permitió .Inmediatamente
antes del emplazamiento del monumento a Fray Luis,
Bibarrambla presentaba este aspecto , luciendo una
farola con aparato de iluminación de arco voltáico
Miguel Giménez-Yanguas me informa de que las primeras
farolas para esta clase de alumbrado se instalaron. en
el Paseo del Salón en 1892, extendiéndose después por los
puntos más importantes de la ciudad .El mismo
estudioso granadino me recuerda que en este sector
estuvieron las .escribanía de los Notarios durante mucho
tiempo, por el la Alcaicería .
El siglo XX se anunciaba con una temblorosa aurora de
expectativas , y la vieja plaza , dormida en sus silencios ,
apenas si tenía más sobresalto que las voces de
los niños en su juegos.
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