Este es el magnifíco edificio de la gran Vía , que
siempre ha sido conocido popularmente como casa del
Americano por ser el apelativo que los granadinos de
princios de la finca .Se llamaba Juan Giménez Gerrero y-
según contaba Manuel Martín Rodrigez en su estudio sobre la polémica
calle había adquirido, en marzo de 1910, por un importe de
120,ooo pesetas , los solares necesarios para su construcción.
Son tres casa independientes, las que componen este edificio ,
que ocupa una manzana completa como es sabido .Destaca en él
, en su plano estrictamente arquitectónico los fuentess
ritmos contrapuestos , de los huecos de balcones
verticales y las barandas horizontales ,En la
interesante fachada destacan también determinados
elementos ornamentales modernistas , con fonemas
vegetales , especialmente de las balaustradas que
corona la casa
Interes especial ofrece, entre los muchos detalles
afortunados del edificio , el cierre que ocupa dos
plantas , con gran superficie en el frente curvo de la
finca precisamente donde , en la planta baja, se distinguen
los arcos rebajados de cantería .Una gran forma decorativa
modista en la coronación de la esquina. De singular atractivo
la cuidada ornamentación , con tallas diversas. Una
relajación visual irreprochable con las restantes
construcciones del más proximo entorno, completa este breve
comentario de las cualidades y méritos de tan notable
construcción. Muy poco sabemos de aquel Juan Giménez Gerrero
llamado popularmente el Americano. Su compra de estos
solares de la Gran Vía en 1910, doce años después
pensar que pudo ser de los emigrantes enriquecidos que regresaron a
España al consumarse la independencia de los últimos
territorios del otro lado del Atlántico .Quizá alguno de sus
descendientes pudieran aportarnos más datos sobre su
identidad, Lo cierto, a fin de cuentas ,es que el edificio
fue así llamado desde el primer momento .En los bajos
de la casa , hubo un café popularísimo, que se montó casi al mismo
tiempo que el inmueble se inauguraba , El café se llamó tambien el
Americano. Su propietario era un hombre muy conocido
entonces .Enrique Carmona , que compartía su trabajo en el
mostrador , con sus actividades como jefe de personal de la
plaza de Toros del Triunfo y como conserje de la
tristemente célebre Casa de los locos , instalada entonces en
el Hospital Real. Aquel primitivo café del Americano, estuvo por la
calidad de su café, a veinte céntimos en vaso grande , como`por la
simpatía y buen trato de su dueño, hombre
servicial y amable de los que contribuyeron a la buena
reputación de estos establecimientos en nuestra ciudad.
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