Contaba la aguela que hacia mucho tiempo que a la puerta de un carbonero llamo la muerte: ¿Que haces?, dejalo todo y vamonos.
El carbonero de La peza le dijo:" pasa, vamos a acabarnos esta olla gitana, que el camino sera largo".
La muerte entro en aquella casa toda llena de carbon y comio con el carbonero. Despues de la panza de comer la muerte le dijo al carbonero: "no tengo ganas de na, me voy a echar la siesta junto a tu chimenea".
Cuando la muerte desperto, el carbonero estaba cocinado un pollo que acababa de matar y le dijo:" pa que lo vamos a dejar, si te parece bien, lo preparo frito con tomate, nos lo comemos y nos llevamos lo que sobre para el camino, que tu estas mas seca que yo".
La muerte ceno pollo frito con tomate con el carbonero y al terminar la penultima copa de vino de Luros le dijo:
" Somos casi compañeros porque has hecho mi trabajo y has sido generoso al compartir tu comida y como una vida es una vida, me llevo la del pollo y te dejo con la tuya", por ser tan generoso.
Al terminar la ultima copa de vino de Luros, le dijo:"Recuerda que si me ves paseando por La Peza y todavia no me he llevado a nadie, si quieres y puedes, pues me entregas un pollo y asi yo no me llevare a ningun peceño ese dia".
El carbonero para alargar la vida de sus paisanos se puso a criar pollos en lo alto del castillo de La Peza y asi cada vez que la veia, bajaba corriendo con un pollo en la mano.
Pero un dia entro una zorra en el gallinero y los pollos se escaparon.
Entonces el carbonero la vio y subio corriendo al castillo de La Peza, pero no pudo coger ningun pollo a tiempo, porque ya estaba un poco viejo y todos los pollos se le escapaban.
La muerte llegó y se lo llevo.
Los pollos quedaron abandonados, crecieron y se hicieron gallos. Por eso hay tantos gallos en el castillo de La Peza.
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