En la
interesante exposición Granada a través de
fotografía 1850- 1978, celebrada en nuestra ciudad , en octubre
de ese segundo año en el Colegio de Arquitectos , se exhibió este
histórico cliché de la calle Reyes Católicos
antes de monumentalizar su entrada desde Puerta
,Real , con un ambiente decimonónico y provinciano .
Un
agradable nostalgia nos invade al asomarnos a este
escenarío que creemos que aún podemos tocar de
nosotros , pero que se hundido y perdido para siempre ,
sin ser absolutamente necesario , que es lo más lamentable, Porque
hubieran sido compatibles la mayoría de las novedades
del progreso con las peculiaridades del caserío de una
ciudad con legítima fama de distinta a todas las
demás .
Así era el
centro más centro de la ciudad hace más o
menos cien años .Apreciemos los detalles del abigarrado
conjunto de fachadas los clásicos toldos volcados
sobre las aceras , el rico trabajo del armazón que, en
la finca de la izquierda , espera también sus
barbería en el primer piso a la derecha , un
billar en la misma planta del edificio esquina a
Mesones Natural mente , la calle era toda para el peatón
.Tres carruajes , de caballos desde luego , se divisan en
toda la fotografía . Coches particulares o de alquiler .En
medio de la calzada un burro con sus espuertas ; otro ,
aparcado por su dueño junto a la cera de la derecha del
lector. El vestuario de la época en una riquísima
variedad ; mujeres con falda largas , delantales
blancos impolutos y pañuelos a la cabeza ; hombre
tocandos con sombrero de ala ancha o de los llamados bombines
, luciendo sus airosas capas , redondean el sabor , la
gracia y el colorido de la estampa , cuyo mayor
atractivo precisamente está en su luz provinciana .A
tenor de estas fotografías , saboreamos el ritmo quedo y
sereno de la vida de aquella Granada .El tiempo tenía
otra medida en aquel mundo sin prisas y con
transiciones casi insensibles.
Ahora que tenemos llenas todas la
horas y todos los minutos , ahora los acontecimientos y
nos arrastra la vida con su vértigo alucinante,
instantáneas como ésta tan sosegadas , pueden mover a reflexión. Entre
el humo , el hormigón , el estruendo , el asfalto y la velocidad de hoy ,
vemos cómo era la Granada de ayer , cuando las
casa eran eran casas – escribiría Eugenio Montes –, con
número y vecinos con evidencia y límites , humanidad y
padrón, historia y topografía , medida y emoción.
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