Os cuento como sabeis en la peza hay muchos montes y la verdad antes habia muchos animales salvajes en las montañas, pues decian que havia lobos, que se comian el ganado y entonces todos se protegían, los vecinos se ayudaban unos a los otros, pues solo dar un grito todos salian con garrotes para espantar a los lobos de La Peza.
Contaba la aguela que en la vida no hay que ser mentiroso, porque tienen la patas muy cortas pues dice que havia un pastor joven y cuando estaba con el ganado se aburria y dice:”veras que susto le voy a meter diciendo que viene el lobo”
Pues asi lo hizo, en lo alto del cerrro de San Anton donde tenia el rebaño, empezo a dar gritos: “que me come el lobo, que me come el lobo…”
Pues en seguida todo el pueblo con garrotas a defender a este chico, pues cuando llegaban donde ese estab,a empezaba a reir.
Pues asi lo hizo varias veces y los vecinos todos a salvarlo, pero el lo mismo, se reia pues la verdad, que la risa le costo caro, pues dicen que un dia ya estaba que no le hacian caso, porque se reia de todos, pues ese dia fue verdad, que se lo comia el lobo y como fue mentiroso nadie acudio y al pobre chico se lo comio.
Asi que yo digo, lo que me decia la aguela, hay que decir mentirijillas, pero no mentiras, porque las patas de los embustes son cortas, sino antes, despues te cogen. Asi que pobre chico.
Un abrazo, Maria
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