Paisanos y seguidores

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22 de enero de 2014

María Martínez Sierra





Cuando la prestigiosa Editorial Renacimiento pubicó Granada , libro de Gregorio Martínez Sierra calificado por éste como puñado de meditaciones apasionadas , el fecundo escritor madrileño (1881- 1947), empezaba una fulgurante carrera artística, que un poco tiempo le convertiría en célebre autor teatral, inteligente empresario de espectáculos , poeta y novelista y guionista cinematográfico, amén excelente tradutor de Shakespeare, Maeterlink, Bergson, Barrés o Francer. Digamos también , además , que Martinez Sierra era director literario de la Editorial Renacimiento, y que el éxito de ésta – por la calidad de sus obras , su esmeradas presentación y la novedad de muchos de sus autores – fue enorme desde sus comienzos .

José Ruiz- Castillo Basala , hijo del fundador de la Fiesta, recordador de la firma, recordaba que se puso en marcha con un capital de 50.ooo pesetas , y seis años , los beneficios ya permitían 400.000 anuales de gastos en franqueo de pedidos de toda españa y los países americanos . Evidentemente un fenómeno que sigue siendo ejemplar en nuestro panorama librero.
Las impresiones que Granada produjo a Martinez Sierra y que éste expresó en su libro, especie de guía emocionar para caminar por encantador jardín granadino, ocurrieron hacia el año 1905, en que el autor vino a nuestra ciudad , con su esposa , María Martínez Sierra, mujer de extraordinaria personalidad , protagonista de un caso realmente insólito en el mundo de la creación literaria : fue en verdad la uatora de la obra casi total de su marido , aceptando permanecer en el anónimo y que el nombre de él figurara en solitario representanado a la sociedad literaria de ambos .
En su libro Granada , reeditado por Editorial Estrella en 1920, Martinez Sierra se muestra lírico y primaveral, de delicada y sana fantasía .
Más razones hay para incluir al autor de Canción de cuna de esta galería de retratos, semblanzas de granadinos o de gentes foráneas vinculadas a nuestra ciudad en determinado momento.
Recordemos que Martinez Sierra fue el empresario del debut de García Lorca en el teatro, con El maleficio de la mariposa. Y, sobre todo , cómo en 1915 inició con Don Manuel de Falla una colaboración que se tradujo en las dos primeras obras de música española que se escribieron expresamente para ser bailadas, y – como bien dice Pilar Lloréns-, en pocos años han pasado a convertise en fundamentales para el repertorio de cualquier compañia de danza española, como pudiera ser El lago de los cisnes para una de baile clásico. Naturalmente , se trata de El amor brujo-, cuya acción discurre en nuestra cuevas gitanas – y de El sombrero de tres picos , la primera entrada con no excesiva fortuna por pastora Imperio en 1915 y consagrada mundialmente en París, en 1928, por Antonia Mercé. La Argentina; la segunda escrita por encargo de los Ballets Rusos de Diaghiliev, que la dieron a conocer , en 1919, en el teatro Alhambra , de Londres, con exito creciente desde entonces . En ambos casos ,apenas desbordaron cumplidamente los dotes creativas de Martinez Sierra ,puesta de relieve en otras muchas de sus obras teatrales .El poeta fue delicado, sensible y exquisito al glosar los encantos de la ciudad en su libro Granada , guía emocional de fino lirismo, y el ayudó a captar en todas su dimensión el cumplicado espíritu del alma gitana. Menos mal que don Manuel puso su música.

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